Justamente, el principal concepto es el de convergencia, con el cual hace referencia al flujo de contenido a través de múltiples plataformas mediáticas, en dónde juegan un papel muy importante los consumidores, ya que la circulación de contenidos mediáticos depende de la participación activa de los mismos. Por eso es que la convergencia implica un cambio cultural, en dónde se anima a los consumidores a buscar nueva información y establecer conexiones entre contenidos mediáticos dispersos.
El otro concepto es el cultura participativa, que contrasta con nociones más antiguas del espectador mediático pasivo. Productores y consumidores no desempeñan roles separados, sino que son participantes que interaccionan. Sin embargo no todos los participantes logran desempeñar roles semejantes en esta cultura emergente. Por ejemplo, las corporaciones con sus individuos, ejercen un poder superior al de cualquier consumidor individual o incluso al del conjunto de consumidores. Y unos consumidores poseen mayores capacidades que otros para participar.
La convergencia se produce en el cerebro de los consumidores individuales y mediante sus interacciones sociales con otros. Esa interacción se da porque existe más información de la que se puede almacenar en nuestras cabezas. Así llegamos al último concepto clave que es el inteligencia colectiva, ya que ninguno de nosotros puede saberlo todo; cada uno sabe algo; y podemos juntar las piezas si compartimos nuestros recursos y combinamos nuestras habilidades.
Acá les dejamos una anécdota contado por Jenkins, que esta relacionado con esto de cultura participativa.
Los jóvenes -aunque los adultos también lo hacemos- se apropian y reapropian de los antiguos y nuevos medios para realizar sus propios aportes/construcciones a partir de re-mezclas, re-creaciones, re-invenciones, comentarios y reverberaciones de todo aquello que los precede. Para ellos -y para muchos de nosotros- el entorno no tiene copyright, es un acervo, las culturas en las que vivimos (y que recreamos constantemente) son fuentes abiertas y disponibles. Todo artista trabaja con materiales y visiones del mundo que lo rodea. Nada es original en el sentido de primigenio y puro en la cultura, las acciones en la cultura son derivativas, hay siempre un rediseño de la cultura. La inspiración para cualquiera que crea es múltiple y proviene del mundo en el que vive: graffitis, cómics, publicidad, arte, packaging, frases, música, películas, libros y podríamos seguir infinitamente.
Fíjense sino en lo que les voy a contar: busqué en Google "cultura participativa" y encontré una imagen con la que alguien explicaba mi concepto mucho mejor que yo, entonces la retomé y la incluí en esta presentación que ustedes están viendo. Así funciona la cultura participativa: hago algo, lo lanzo al ruedo, una vez compartido por cientos, miles o los que sean, muchos incorporan modificaciones, hay una reelaboración, y de ese pool nuestro recupero este trabajo sobre cultura participativa y me lo reapropio enriquecido por otros que no reciben un pago monetario por hacer este aporte sino la única (y gran recompensa) de co-crear con pares, construir una reputación que será valorada y resultar todos beneficiados por la experiencia colectiva.
"EL ENTORNO NO TIENE COPYRIGHT"
ResponderEliminarEstaría bueno que incluyan la imagen de la que habla Jenkins, queda incompleta la anécdota sino, la retuttamadre!! jaja
Saludos a Eduardo Punk, DOC2.0 !